Puntos de Vista y la Voz Narrativa

Nos sentamos frente a la página en blanco, sea un agradable cuaderno, hojas sueltas o la pantalla de un computador. Tienes una idea para una historia, esa que no te ha dejado sin pensar en ella durante días, también ya tienes bien pensados y casi desarrollados a tus personajes, y hasta has realizado un boceto de la trama que irás contado.

¿Pero, cómo vas a contar tu historia? En otras entradas hemos hablado sobre el POV (Punto de vista) del narrador. Por lo que para ahondar más sobre ese tema, puedes visitar la entrada, con un clic: Se busca POV para tu novela

El POV, determina en el lector, en cómo va a vivir y experimentar con tu historia. Es muy importante, determinar cuál es la elección ideal para narrar esa historia. Cada una de ellas, tiene sus puntos fuertes y débiles. La voz narrativa, es la voz del narrador. Y este es el enlace entre tu historia y tus lectores.

Recapitulando, existen en su mayoría tres narradores más frecuentemente usados, pero sabemos por las entradas anteriores, que existen otros no tan comunes en la literatura en español, pero no por ello, debemos ignorar su uso.

Los POV más usados son: primera, segunda y tercera persona. Con menos frecuencia el de segunda persona. ¿Cómo distinguimos esto?

Primera persona: Es el narrador que hace uso del “yo”, es el testigo de primera mano. Muy usado actualmente por muchos escritores, ya que consideran que crea un vínculo con el lector.

Ejemplo:

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La desventaja de este narrador, es el error de la delgada línea de que el narrador, se meta en la mente de otro. En este caso, Darrow parece leerle la mente a Eo, su esposa, mientras ella es torturada. Esto no debe permitirse en este tipo de narrador, por lo que todo debe girar o centrarse a la impresión del narrador. Aquellas acciones, actitudes y pensamientos de otros personajes, se deben de manifestar de forma abierta por ellos, para conocerlas.

Lo importante es cómo vamos a presentarlo. ¿Será una persona que está viviendo algo en ese momento, o son recuerdos del pasado? ¿Es una plática de su experiencia, a otra persona? ¿Una reflexión intima? ¿Un diario, cartas? Es muy importante elegir, el tono de esa voz, aquello que se relata también debe de tener un significado para otros, no sólo para la persona que lo relata. Nadie quiere escuchar al abuelo relatando la historia de cómo se sentaba debajo de un árbol a ver un hormiguero, porque no existía la televisión.

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Es por ello que debes considerar esa voz narrativa. Que tan largas o cortas son las frases empleadas y la sonoridad del relato. Deben tener un atractivo especial, que invite al lector a continuar leyendo. Debes contemplar el factor tiempo. Cuanto tiempo ha transcurrido desde que la historia es contada al momento de los hechos. Considera la importancia porque a un narrador en primera persona, le es importante relatar su historia. ¿Cuál es su motivación? Tu personaje está buscando paz, confesarse, entretener, etc. Eso determinará cómo debes contar su historia, crea una expectativa en tu lector, en tratar de averiguar, el por qué tu historia merece ser contada y por qué precisamente ahora.

Considera usar al narrador en primera persona, llamado “narrador testigo”; es quien sabe algo de alguien más, y relata la historia de un hecho particular de ese personaje principal. Nuestro narrador, pasa a un segundo plano, es sólo un expositor de lo que se dijo o lo que él supo. La película, basada en el libro. “Fried Green Tomatoes at the Whistle Stop Cafe” de Fanny Flagg, hace uso de este recurso. O los libros de Sherlock Holmes, narrados por el Dr. Watson, sobre los casos resueltos por el intrépido detective.

El uso de este narrador, es un gran recurso a la hora de mantener información oculta, si un personaje ha dicho o no la verdad, cualquier interrogante que tu lector tenga, deberás satisfacer esa inquietud, por lo que debes pensar en cómo manifestarla.

Recuerda, como habla (voz de) cada narrador:

Primera persona (protagonista):

Hoy salí a tomar un café. Al mismo local de siempre, porque quería encontrarla. Ella también tomaba un café caliente todos los días. Me sentaba a verla. Se veía tan hermosa, mientras leía su diario matutino.

Primera persona (testigo):

Él llegó por su café. Ya lo había notado, siempre venía por las mañanas, por lo que sospeché que lo hacía por ella. Mientras él la observaba desde su mesa en la esquina, ella, que también llegaba a diario por su café, se entretenía leyendo el periódico del día.

Es muy importante recordar, no cometer el error de darle “visión omnisciente a sus narradores en primera persona”, como este error:

Él venía por su café de todos los días. Él estaba obsesionado con la mujer que también llegaba todas las mañanas. No le perdía la mirada, contemplando cuán hermosa era, mientras ella lo ignoraba por completo, enfrascada en el periódico matutino.

En este caso, el narrador testigo es incapaz de saber que él está obsesionado con ella o si la considera hermosa, así como tampoco sabe si ella lo está ignorando.

Narración en segunda persona:

Es cuando el narrador se dirige al protagonista como usted. No es una narración fácil de lograr, por lo que su uso es mucho menos usual que los otros.  El lector puede sentir como si se dirigiera a su persona, cuando el narrador se expresa. Tal como lo expusimos en una entrada anterior sobre el tema, puede considerarlo inclusive invasivo.

Si decides usar este tipo de narrador, debes considerar con que lector estás tratando, él debe confiar en el autor y sólo así aceptará la historia con agrado.

Con el ejemplo anterior, sería algo así:

Ha llegado por su café. Lo había notado, siempre viene por las mañanas; por lo que sospecho lo hace por ella. La observaba desde su mesa en la esquina, también llega a diario por su café, y se entretiene leyendo el periódico del día.

Aún más invasivo es si el narrador, se dirige directamente al lector. A algunos parece gustarles ese acercamiento; pero otros les hace perder el enfoque que se lee como entretenimiento, y no gustan de ser arrastrados a la trama sin su consentimiento.

Ha llegado al café, lo hace todas las mañanas. ¿Sabés por qué? Por ella. Es una mujer hermosa, y llega cada mañana por un café caliente. Mientras se sienta a contemplarla desde la mesa en la esquina, ella hojea el periódico matutino.  Pero habremos personas tan tímidas que un simple “hola”, nos hace sonrojar, era algo que él no se atrevería a hacer.

La ventaja de este tipo de narrador, es cuando la historia tiene un matiz sicológico que el autor pretende hacer partícipe al lector. Es un recurso válido, pero al mismo tiempo, la capacidad de entretenimiento, mantener el balance y el enganche, es necesario para un autor, que domine este narrador sin que al final resulte, ni invasivo, ni arrogante. Sino que haga al lector participe de la experiencia en otro nivel más personal.

Narración en Tercera Persona:

Es cuando el narrador se dirige a los protagonistas como «él» y «ella». En este caso el narrador no es un personaje de la historia. Puede saber, y manifestar, los pensamientos y sentimientos de los personajes. O también elegir, sólo manifestar lo que puede ser visto o escuchado, manteniendo esos pensamientos y sentimientos ocultos al lector.

Debido a que este tipo de narración —sabelotodo—, el lector se ve obligado a aceptar la autoridad absoluta del narrador; y muchas personas se muestran reacias a ser conducidas a sentir o experimentar algo, o ser condicionadas a ello. Otros, por su parte, se desencantan porque lo consideran frio y distante.

Sin embargo, es el tipo de narración más utilizada desde la antigüedad. No significa tampoco, que este narrador siempre lo sepa todo, dependiendo si es o no omnisciente. Muchos lectores, no se identifican con el narrador en tercera persona, por carecer de nombre. Sin embargo, este narrador puede ser inclusive más flexible que cualquier otro, y sigue (y espero que siga siendo) el punto de vista más común, por muy buenas razones.

Una de sus ventajas, es que aunque el autor esté escribiendo sobre sus propias vivencias en la ficción, le resulta más fácil hacerlo de esta manera. Esto hace que el autor se distancie de sus escritos, aunque se base en lo que él mismo ha vivido en primera fila, o como testigo.  Es como la pregunta: Doctor… ¿El amigo de un amigo, ha sufrido de …?

Tiene la ventaja de otorgarle total conocimiento, o limitarlo a algo en particular. Este narrador, permite la experimentación, y esto hace que sea más fácil, torcer las historias de tal manera que no es posible con otros tipos de narrativa. También por ser uno de los más comunes, su lectura es más fácil, y el narrador pasa desapercibido o invisible. Hay personas que se sienten abrumadas con las narraciones en primera persona, con el yo-yo todo el tiempo.

Aquí algunos ejemplos de cómo hacer uso de este narrador:

Tercera persona omnisciente: El narrador que todo lo sabe. El exponente de pensamientos y sentimientos de los protagonistas, no deja nada oculto al lector.

Esa mañana José decidió ir por un café. Solía visitar el negocio que estaba en la esquina de la calle, muy cercano a su apartamento. Entró al lugar con las manos metidas en la chaqueta, no pudo evitar buscar con la mirada. Ella se encontraba en donde siempre se sentaba, cerca del ventanal que daba a la Avenida. El café caliente le fue entregado y él buscó su asiento favorito en una esquina. Desde ahí podía observarlo todo. Verla sin ser visto, porque era demasiado tímido para hablarle. Pero ella, que visitaba a diario esa cafetería, pasaba con delicadeza las hojas del peródico matutino y daba sorbos a su humeante taza. Ella esperaba que un día ese joven le sonriera y le diera los buenos días.

Aunque este narrador, parece que no deja nada a la imaginación del lector, también le ofrece una perspectiva que no se alcanza con otra narrativa.

Tercera Persona Objetivo Limitado: Contrario al omnisciente, este narrador sólo puede relacionarse con el lector de lo que se ve u oye.  Se puede contar una historia completamente objetiva de tal manera que el lector es capaz de determinar los sentimientos e incluso a veces los pensamientos de los personajes a través de lo que dicen o hacen los personajes. Aunque no se describan los sentimientos o pensamientos de los mismos.

Esa mañana José visitó la cafetería en la esquina de la calle, muy cercana a su apartamento. Entró al lugar con las manos metidas en la chaqueta, cabizbajo deslizó la mirada por el lugar. Una mujer se encontraba en donde siempre se sentaba, cerca del ventanal que daba a la Avenida, bebiendo un café caliente y leyendo el diario del día. Él espero que su café fuera entregado. Buscó un asiento en una esquina. Miraba de vez en cuando a la mujer que también llegaba cada mañana.  José mordió sus labios suspirando. Ella pasó la hoja del diario, se acomodó en el asiento, deslizando una mano por sus cabellos. Sin dejar de ver el periódico, mojó sus labios mientras llevaba la taza a su boca.

Tercera persona limitada: El narrador es capaz de ver el interior de la mente de un personaje. El narrador puede acercarse tanto a éste que utiliza el recurso de las expresiones y el pensamiento, y, a veces el narrador puede dar un paso atrás para tener una visión más objetiva.  Pero tampoco limita a que el autor, use a este narrador para un único personaje, sino que es un punto de vista en particular, haciendo que cada personaje puede expresar su propio punto de vista en determinada situación.

Es un recurso que puede ser muy eficaz, sobre todo en las novelas, que son de amplia longitud. Haciendo que una escena en particular, sea narrada bajo el POV de un personaje, y otro con otro personaje. O una escena, saltando entre uno y otro. Si se usa este último recurso, debe saber que debe ser suficientemente hábil para no confundir al lector; por lo que para iniciar se recomienda que los POV de personajes diferentes, se hagan en escenas o capítulos, y no es una escena de personajes múltiples. Por cuestión de espacio, el ejemplo nos limitamos a un solo lugar y tiempo con los personajes:

Esa mañana José decidió ir por un café. Solía visitar el negocio que estaba en la esquina de la calle, muy cercano a su apartamento. Entró al lugar con las manos metidas en la chaqueta. “Espero que no haya llegado aún”, buscó con la mirada. “Oh, ya está aquí.” Una mujer se encontraba sentaba, cerca del ventanal que daba a la Avenida.

—Lo mismo de siempre, un café negro con dos de azúcar —dijo José a media voz, a la dependienta en la barra.

 María también visitaba a diario esa cafetería. Mientras pasaba con delicadeza las hojas del periódico matutino y daba sorbos a su humeante taza, estaba pensando: “Espero que hoy, al menos, él me de los ´buenos días´. A veces creo que es demasiado tímido”.

El buscó su asiento en la esquina, al sentirlo pasar, ella no vaciló en pasar sus dedos por sus cabellos y mojar sus labios…

Estos son los POV… pero ¿y la voz del narrador?

La voz narrativa no es exactamente la misma que la voz del escritor. No debe confundirla en cómo la historia debe ser contada. Si va a escribir en primera persona, por ejemplo, la voz narrativa es la voz del narrador (la voz de un personaje) e implica la actitud del narrador-personaje al hablar, el uso de palabras, dialecto y acciones del mismo. Una historia en tercera persona también hace uso de una voz, – a pesar de que el narrador no es un personaje en el sentido figurado en la participación de la historia-, y en muchos casos carezca de nombre, sigue siendo un personaje neutro, y por ende, no es el escritor.

Tono
El tono de voz, aunque no es audible, sí es perceptible. Puede usar una voz natural o una voz adoptada. Refleja la actitud frente a los acontecimientos y el mundo en general, y afecta la percepción del lector de la obra. Si reconoces cómo te siente acerca de lo que estás escribiendo, serás capaz de explotar los sentimientos y ese tono para añadir a tu escritura.

Experimenta con el tono de voz, pero también básate en sus experiencias. Toma todo aquello que te puede ser de utilidad para expresar lo que quieres o necesitas para su historia. Debes de encontrar un punto correcto, y la voz adecuada para que encaje de manera natural para cada individuo. Equivocarse en este punto, puede echar a perder una buena historia.

¿Pero qué significa esto? Cuando tienes una historia, tienes a la vez, personajes. Cada uno de ellos con su propia personalidad, experiencias. Debes aprender a “hablar” por todos ellos. El médico o el maestro tiene su forma particular de hablar, de igual manera la tienen dos personas de generaciones diferentes, o culturas variadas. Dale credibilidad a tus personajes. Y cuida que el narrador, no hable o se exprese de tal manera, que se confunda con el autor o cualquiera de los personajes (sobre todo si es segunda o tercera persona).

Debes elegir al narrador y cómo va a contar la historia. Luego cada personaje que interactúa en la trama. Debes encontrar el POV y la voz narrativa adecuada. Un campesino que habla como ingeniero nuclear no es creíble, como tampoco lo es, un cazador australiano, que insulta con palabrotas propias de Jamaica. Un personaje hablará, y se manifestará, con lo que le es propio. Si la expresión o la palabra, tiene un concepto general, (y su personaje no es coloquial), debes usar esa opción. Considera que los modismos propios de tu propia región, calzaran estupendamente, únicamente si tus personajes también son o están en esa zona.

—Y ahora, brindemos… —dijo Harris levantando la copa de tequila— ¡Cheers!

—¡Orale!, mister Harris… aquí decimos: Pa´rriba, p´al centro, pa´dentro, ¡salud!

La voz narrativa pertenece a la historia, nunca al autor:

Recuerda que quien y como cuenta la historia, determina en el lector, su experiencia con ésta. Es a través de eso que tendrá o no el impacto que el autor desea. Transmitir correctamente, es fundamental para alcanzar esa percepción en el lector.

Aunque la historia ha sido concebida por ti, como autor, nunca uses al narrador para traspasar esa línea delgada. El autor siempre debe estar bajo un camuflaje o invisible en la historia. Si el lector descubre al autor en la narrativa, pierde el encanto y hasta el interés en lo que está leyendo.

Un ejemplo de ello es, cuando el autor se manifiesta en forma directa o indirecta sobre sus propios pensamientos. Siempre debes considerar a qué tipo de lector piensa dirigirte. (Ver el artículo: ¿Para quién escribimos?).  Reconocer a nuestro potencial lector nos ayuda a dirigirnos hacia ese grupo selecto.

Escribir, no es lo mismo que hacer un discurso o hacer teatro; en donde se obtiene la impresión de la audiencia. Con nuestro lector no tenemos mayor contacto, sino a través de nuestras historias. Pero ellos decidirán si aquello que escribimos, les es suficientemente atrayente para continuar la lectura. Hay personas que comienzan y terminan un libro, aunque no les guste, y otros, lo descartan de inmediato si le encuentran “fallas”.

La voz del narrador, debe ser la voz de la historia, nunca la voz del autor. No debes usar tu historia para sermonear al lector, para impregnarle tus ideas políticas, religiosas o sociales. Aun con un narrador en primera persona, debes considerar que los sucesos que acontecen en esa historia, son propios del personaje (o ¿estás escribiendo una autobiografía?).

¿Podemos exponer una crítica a algo? Claro que podemos. Hay libros como “Los Miserables” en donde Victor Hugo hizo un claro aporte a cómo era la sociedad en la que vivía; la historia de la Francia en su tiempo; pero a la vez, expuso las miserias de la condición humana que no conocen ni espacio ni tiempo. Lo mismo hizo Cervantes, con su obra maestra “Don Quijote de la Mancha”.

Sin embargo, todas estas exposiciones se hacen a través de las acciones de los personajes, no es el narrador que toma un capítulo entero, para hacer una especie de monologo para exponer las injusticias o hipocresías de la sociedad. Si tu intención es exponer a todas luces tu propio punto de vista de lo que ocurre en la corrupción del gobierno de tu país, no escribas una novela, sino un ensayo argumentativo, una carta abierta o un discurso.

En conclusión, el cómo vas a desarrollar y transmitir tus historias, no sólo se debe pensar en el POV (primera, segunda, tercera persona) sino en cómo esa voz va a ser utilizada a lo largo de la narrativa.

Recuerda mantenerte alejado de aquellos POV que por sólo modalidad crees que aportan más “pegue” a una audiencia en particular. Cada historia exige una y única forma de contarse. Claro, puedes hacer uso de cualquier voz narrativa, pero cada una de ellas tendrá un impacto diferente entre tus lectores. Determina qué quieres transmitir y elije correctamente.

¿Tiene dudas? Toma una escena en particular, y escríbela con la voz narrativa que has pensado primero; y luego reescríbela con otras voces o POV diferentes. Notarás que tu historia puede cambiar y con esa perspectiva, te será mucho más fácil elegir la voz más adecuada.

En mi caso particular, prefiero el narrador en tercera persona, sea omnisciente o limitado. Gusto un poco menos de la primera persona, a no ser que sea testigo; y es definitivo que las voces del yo-yo de las novelas YA (jóvenes adultos), me encrespan los pelos de la nuca, simplemente no me gustan. Las prefiero para otros géneros.

Pero cada autor, tiene una inclinación particular, ya sea por los libros que ha leído, o por lo que ha escrito y se siente más cómodo con ese POV en particular.

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Espero que esta información, te haya gustado y te sea de utilidad. Recuerda compartirlo con otros que creas le pueda ser también de interés.

Comenta y haznos saber, cuál es tu POV preferido de lectura o escritura. Si tienes problemas para desarrollarlos o cómo elijes un POV determinado. Comparte tu experiencia, que así nos enriquecemos todos.

Apoya mi esfuerzo, compartiendo en las redes sociales, es un estímulo para que sigamos aprendiendo juntos. ¿Nos leemos?

 

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8 respuestas a “Puntos de Vista y la Voz Narrativa

  1. Hola, Marce eh comenzado a leer tu blog y aunque no todo pero eh entendido bastante, me gusta leer y escribir y me eh animado a escribir una novela por primera vez. Estoy usando la primera persona, le doy voz a mi protagonista creo que lo estoy haciendo bien… creo; seguiré leyendo tu blog que se que serán de mucha ayuda gracias por compartir tus conocimientos. besos desde argentina.

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    1. Saludos, te doy la bienvenida a mi espacio. Espero que te puedas suscribir para que recibas en tu correo las notificaciones de cada vez que publico algo. Por ahora, mientras le das un vistazo, tienes material de apoyo y guía.
      También formo parte de un taller literario en línea, participar es completamente gratis, y cada mes (el día 1) la directora nos da un reto para escribir una «escena» con un máximo de las setescientas cincuenta palabras. Dos semanas después, más o menos, se hace una publicación en donde todos los que estamos en el taller, podemos leer los textos de otros. Ahí recibimos muchos consejos sobre el contenido, pero sobre todo la forma del escrito. Algo que valoro mucho porque nos ayuda a detectar errores que se pasaron de nuestros ojos. A su vez, nosotros comentamos a otros y esa retroalimentación es un gran ejercicio a la hora de corregir nuestros propios escritos.
      Te invito a que te unas, si lo deseas a nuestro taller. Ya tengo cuatro años en él. Visita: http://www.literautas.com (busca la sección: ejercicio de escritura o Móntame una escena). También si te gusta leer puedes buscar las recopilaciones y los libros de relatos cortos que hemos publicado con ellos: Son gratis en formato PDF!!!!

      Un saludo a la bella Argentina. ¡Nos leemos!

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  2. Hola K Marce, hace poco empecé en Literautas y siguiendo links que dejan los compañeros he llegado a este blog tuyo, muy interesante, me alegra mucho haber encontrado gente tan desprendidas en esta comunidad de escritores. Desde muy chica he tenido la necesidad de escribir y aunque tengo un sinfin de cosas escritas nunca he tratado de publicar porque en realidad no creo que tengan mucha calidad. Sobre estos temas estudié hace tiempo en la Universidad, sin embargo, tal vez porque era la escuela, no los interioricé aquí leyendote me doy cuenta que lo que tengo que hacer es estudiar y revisar bajo una nueva luaz todo lo escrito y quizas algo salga. Gracias

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    1. Saludos Yolareina
      Bienvenida a mi blog y que bien que el punto de encuentro haya sido Literautas. Créeme, esto de escribir, cuando va en serio, es algo que no puedes soltar, es un respirar y una necesidad que no puedes dejar jamás. Soy del criterio que escribo para mí, he escrito muy poco para compartir con otros. ¿Timidez literaria? Tal vez, pero sobre todo porque aún no he encontrado mi nicho (lectores); seguro que existen. 😛
      Ya sabes que este es un espacio para compartir también, si tienes dudas en algo, puedes consultarme. Te ayudo con lo que sé-
      Espero que participes en el taller, si no pudiste en este, espero que pronto lo hagas. Bienvenida de nuevo.

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    1. Muchas gracias Beba. Hay temas que me gustan mucho, y cuando los estudio pienso en lo util que pueden ser para alguien mas. Filosofia china, aprende un oficio y enseñalo.

      Abrazos. ¡Nos leemos!

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